25 de octubre de 2017

15 de septiembre de 2016

El tiempo, tic,tac,tic...

El tiempo...tic,tac,tic...

-Una antigua maquina del tiempo-

"Se trataba de uno de esos raros objetos en los que la tecnología se confunde con la magia. No conocía su funcionamiento, solo sabia que funcionaba. Así, lo manipulaba con cuidado, temeroso de que el delicado mecanismo de la maquina sufriese algún desperfecto, y aquellas sensaciones fascinantes desaparecieran.
Era, por supuesto, una maquina del tiempo, una especie de cronovisor que le permitía asistir a escenas de la mas remota antigüedad a el mas lejano futuro con solo unos movimientos.
Recordó su primer viaje, Platón y Socrates conversaban plácidamente en la noche ateniense. La imagen del primero era clara y brillante, había en el segundo, sin embargo, algo de desdibujado y gris. Continuó avanzando; un imperio que se alzaba y caía, reminiscencias ptolemaicas en Egipto, otro imperio, Mare Nostum, y el lejano resplandor de Jerusalén.
Llegó lentamente a Cristo, lo vio como un hombre sagaz y enérgico, y no obstante, algo en el también aparecía desdibujado. Descubrió que esa bruma cubría a otros mas; largos años del oscuro Copernico ordenando el cielo, la madurez del terrible Rimbaud abandonado, o la vetusta soledad del gigantesco Nietzsche escribiendo para el mañana.
Espoleado por ese enigma, siguió noche tras noche indagando el secreto que unía a aquellos hombres. Tal vez, hoy lo lograra.
Dispuso la maquina diestramente sobre sus rodillas y la abrió en dos mitades asimétricas, poco después, pasó absorto la primera pagina."

Autor del relato,  -Raul Alejandro Lopez Nevado-


    

Acrílico sobre lienzo, 90x60 cm.